Es un himno de alabanza una de las piezas más antiguas de la liturgia, se remonta al siglo II, su antecesor el himno Laus Angelorum Magna del cual el Gloria de la misa es una forma breve. Esta unida al rito de entrada para los domingos y días festivos.
Historia del “Gloria a Dios en el cielo”
Al igual que el Kyrie y el Credo no se compuso para la misa.
Se cantaba como oración en la mañana concluyendo el laudes, primeramente lo incorporan los obispos a la liturgia en el gran día de Navidad hacia el siglo VI. El Papa Símaco (498 – 514) ordenó se cante en las dominicas y fiestas de los mártires.
Se cantaba como oración en la mañana concluyendo el laudes, primeramente lo incorporan los obispos a la liturgia en el gran día de Navidad hacia el siglo VI. El Papa Símaco (498 – 514) ordenó se cante en las dominicas y fiestas de los mártires.
Poco a poco se amplió el privilegio a los sacerdotes en el siglo VIII y el siglo XI se generalizó su uso. De origen oriental aun la conservan las iglesias de oriente como himno en la oración de la mañana
Castellano
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria
te alabamos,
te bendecimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros,
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
Latin
Glória in excélsis Deo
et in terra pax homínibus bonae voluntátis.
Laudámus te,
benedícimus te,
adorámus te,
glorificámus te,
grátias ágimus tibi propter magnam glóriam tuam,
Dómine Deus, Rex caeléstis,
Deus Pater omnípotens.
Dómine Fili unigénite, Iesu Christe,
Dómine Deus, Agnus Dei, Fílius Patris,
qui tollis peccáta mundi, miserére nobis;
qui tollis peccáta mundi, súscipe deprecatiónem nostram.
Qui sedes ad déxteram Patris, miserére nobis.
Quóniam tu solus Sanctus, tu solus Dóminus,
tu solus Altíssimus,
Iesu Christe, cum Sancto Spíritu: in glória Dei Patris.
Amen.
Como himno debe ser cantado por toda la asamblea todo seguido o bien alternando la asamblea en dos coros, o asamblea y coro. Es propio de los tiempos de Pascua y Navidad, omitiéndose en Adviento y en Cuaresma.
En las solemnidades que se encuentran dentro de los tiempos de Adviento y Cuaresma, se recomienda que el Gloria sea recitado, mas no cantado, de manera que guardamos el carácter austero y penitencial de estos tiempos litúrgicos para entonar con gozo el Gloria en la Navidad y en la Noche Santa de Pascua respectivamente.
El Gloria, “himno para la glorificación de Dios”
Tomado del himno de los ángeles en Belén (Lc. 2, 14) se traduce a “los hombres que ama el Señor”. La buena voluntad de las antiguas traducciones no es la nuestra, sino la buena voluntad de Dios: “Sólo uno es bueno: Dios”.
El Gloria es una sinfonía de aclamaciones y súplicas para la glorificación de Dios. La grandeza humana consiste en reconocer y aclamar la grandeza de Dios.
Breves notas catequético - pastorales
• El canto dice quienes somos. Cantado este himno de pie la asamblea se agrupa como cuerpo de Cristo que alaba al Padre.
• La forma, del himno tiene su importancia
- El texto tradicional da la impresión que explora horizontes infinitos de alabanza.
- El texto estrófico dispone de un estribillo corto para memorizar.
• La realización. Como himno esta gran doxología debe ser cantada.
• A tener en cuenta. “el Gloria es un antiquísimo y venerable himno con que la iglesia, congregada en el Espíritu Santo, glorifica a Dios Padre y al Cordero y le presenta sus súplicas… se canto o se recita los domingos, fuera de los tiempos de Adviento y Cuaresma, en las solemnidades y en las fiestas…”(OGMR 53)
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