Las invocaciones o “tropos”
Tropo es “una composición poética de variable duración, cuyo ritmo se fundamenta sobre el acento técnico” (Hna. Guadalupe Pimentel H.C., diccionario litúrgico). En sus orígenes no contenían texto, al evolucionar, incorporaron texto literario sin rima y también en verso.
El Concilio de Trento (1545-1563) los suprimió debido a los abusos que se cometían.
Hoy restaurado su uso pueden ser de mucha utilidad pastoral para los fieles, a fin de favorecer la piedad y el fervor religioso, centrándose invocaciones en la Palabra de Dios que se va a proclamar
La OGMR 52 da la posibilidad de intercalar un breve “tropo” entre “Señor” y “ten piedad”, o antes de la invocación, como se hace en la tercera fórmula penitencial.
Las invocaciones o tropos ponen énfasis en la confesión de la grandeza de Cristo, fijándose más en Él que en nuestra propia miseria.
Historia del “Señor, ten piedad”
Su historia está unida a la Oratio fidelium o “Plegaria común universal”, parece provenir de la oración de los fieles, que desapareció de la misa, quedando la respuesta litánica del pueblo, kyrie, eleison.
El Papa Gelasio (492 – 496) es quizá el testimonio del desplazamiento de la oración de los fieles al comienzo de la misa. San Gregorio el Grande (604) lo atestigua introducido al comienzo, con o sin intenciones, así como la fórmula Christe, eleison.
Tratamiento musical de los Kyries
La música, debe revestir la forma de un grito de súplica, nunca como canción estrófica, pues esta forma musical es contraria a la suplica. En el siglo IX quedó establecido el número de nueve para los kiries dándole un sentido trinitario, mas su sentido original es cristológico. Este es el sentido que se ha restablecido en la reforma conciliar.
Repetición binaria o ternaria
Tanto la OGMR 52 como el Ordo Cantus Missae recomienda la repetición litánica binaria, sin excluir una repetición o algún tropo. En la forma binaria, la melodía más aconsejable es aquella en que la respuesta es idéntica a la invocación propuesta.
El canto del Kyrie, “una súplica a la misericordia de Dios”
Es el grito de los dos ciegos pidiendo luz (Mt. 9, 27); la imploración del ciego Bartimeo (Mc 10, 47s y paralelos), el Kyrie eleison de los evangelios está cargado de toda la miseria humana que busca la misericordia de Cristo.
Breves notas catequético – pastorales
• Este canto nos dice quienes somos. En este momento la función del fiel consiste en estar en presencia del Resucitado, suplicándole complete la victoria de la Cruz.
EL ACTO PENITENCIAL
• A continuación tres de las fórmulas usadas en el Acto Penitencial:
PRIMERA FÓRMULA
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Golpeándose el pecho, dicen:
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Luego prosiguen:
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:
Dios Todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
El pueblo responde:
Amén.
SEGUNDA FÓRMULA
El sacerdote dice:
Señor, ten misericordia de nosotros.
El pueblo responde:
Porque hemos pecado contra ti.
El sacerdote prosigue:
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
El pueblo responde:
Y danos tu salvación.
El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
El pueblo responde:
Amén.
TERCERA FÓRMULA
El sacerdote, u otro ministro idóneo, dice las siguientes invocaciones u otras semejantes:
Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos:
Señor, ten piedad. (O bien: Kyrie, eleison).
El pueblo responde:
Señor, ten piedad. (O bien: Kyrie, eleison).
Sacerdote o ministro:
Tú que has venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten piedad. (O bien: Christe, eleison).
El pueblo responde:
Cristo, ten piedad. (O bien: Christe, eleison).
Sacerdote o ministro:
Tú que estás sentado a la derecha del Padre
para interceder por nosotros: Señor, ten piedad. (O bien: Kyrie, eleison).
El pueblo responde:
Señor, ten piedad. (O bien: Kyrie, eleison).
El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
El pueblo responde:
Amén.
• No hay inconveniente en conservar los términos griego (Kyrie) y latino (Christe), del mismo modo que el amen o el aleluya hebreos, en las lenguas vernáculas en que se han hecho comunes y evocan cristiandades primitivas al mismo tiempo que nos unen con los hermanos orientales.
Señor, ten piedad
Después del acto penitencial comienza siempre el Señor, ten piedad, a menos que éste ya haya formado parte del mismo acto penitencial.
Siendo un canto en el que los fieles aclaman al Señor e imploran su misericordia, de ordinario será cantado por todos, es decir, tomarán parte en él el pueblo y los cantores o un cantor. Cada aclamación normalmente se repetirá dos veces, sin excluir un número mayor, por razón de la índole peculiar de cada lengua o de las exigencias del arte musical o de las circunstancias.
Cuando el Señor, ten piedad se canta como parte del acto penitencial se propone un “tropo” para cada aclamación.
Si se ha usado la primera o segunda fórmula del acto penitencial, siguen las invocaciones Señor, ten piedad:
Sacerdote u otro ministro idóneo:
Señor, ten piedad. (O bien: Kyrie, eleison).
asamblea responde:
Señor, ten piedad. (O bien: Kyrie, eleison).
Sacerdote u otro ministro idóneo:
Cristo, ten piedad.(O bien: Christe, eleison).
asamblea responde:
Cristo, ten piedad. (O bien: Christe, eleison).
Sacerdote u otro ministro idóneo:
Señor, ten piedad. (O bien: Kyrie, eleison).
asamblea responde:
Señor, ten piedad. (O bien: Kyrie, eleison).
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