Padre Nuestro, Padre de Todos - J.Madurga, A.Alcalde, M. Fuertes

«Uno de sus discípulos le dijo Señor, enseñanos a orar; como enseñó Juan a sus discípulos. El les dijo Cuando oreis, decid Padre » (Lc 1 I , 1-4). Y compuso el Padrenuestro, que el evangelio nos transmite, en el centro del sermon de la montaña, como su nucleo esencial y su corazón (Mt 6,9-13).

Es la oración cristiana por excelencia. Su. originalidad está en atreverse a llamar Padre a DIOS, como El le llamaba en confiada familiaridad, «Abba», ¡Papa!.

Nos permite y nos manda compartir su oracion, entrar en la relacion que reina entre el Padre y el Hijo.

Cuando llega Jesús a la hora de la Pascua y derrama el Espíritu sobre los suyos, toman conciencia sorprendidos y asombrados de este extraordinario privilegio de llamar a Dios Padre (cf Gal 4, 4-6; Rorn  8,15).

Todos los hombres pueden rezar el Padrenuestro porque son hijos de Dios. Pero en su profundidad plena, es privilegio de la comunidad cristiana que lo entrega como el Símbolo de la fe en el bautismo y lo reza en la Liturgia Eucarística al preparar la comunión corno también en la. Liturgia de las Horas (Laudes y Víspera).

«Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza llenos de alegria por ser hijos de Dios, nos atrevemos a decir Padre nuestro » .Cuando Cristo acoge al que comulga para hacerlo cuerpo suyo y compartir con el la muerte y la gloria, allí es donde participamos en la oración de Cristo e invocamos con El a su Dios y Padre.

La «oracion dominical» así llamada porque nos la enseñó el Señor, es síntesis de todo el evangelio y la más completa de todas las oraciones «Recorred todas las oraciones que hay en las Escrituras y no creo que podáis encontrar algo que no esté incluido en la oración dominical» (San Agustín).

Las siete peticiones que incluye comprenden todas las exigencias del reino de Dios. En ella hablamos a Dios con palabras de Dios que El escucha siempre.

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