San Roberto decía que éste salmo es la oración de la persona piadosa (o de la Iglesia) que sufre dificultades y tentaciones en el destierro de esta vida y suspira por el perpetuo descanso de la Patria celestial.
SALMO 61 (En liturgia 60)
1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. De David.
2 ¡Escucha, oh Dios, mi clamor, atiende a mi plegaria!
3 Te grito desde el confín de la tierra, con el corazón desmayado. Condúceme a la roca inaccesible,
4 que tú eres mi refugio, bastión frente al enemigo.
5 ¡Hospédame siempre en tu tienda, acogido al amparo de tus alas!
6 Pues tú, oh Dios, escuchas mis votos: me otorgas la heredad de tus adeptos.
7 Añade días a los días del rey, que sus años se prolonguen por generaciones.
8 ¡Reine por siempre en presencia de Dios!. ¡La lealtad y la fidelidad lo guarden!
9 Tañeré a tu nombre para siempre, cumpliré mis votos día a día.
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