El salmo que vamos a recitar es un himno de acción de gracias a Dios por haber librado a sus fieles de muy graves peligros.
Es también una invitación a recordar las maravillas que Dios ha obrado y a proclamar ante los demás las grandezas de Nuestro Señor.
Se describe cómo Dios ha expuesto a muy graves pruebas a sus seguidores, pero ha venido luego en su ayuda. Hay aquí un propósito que ninguno de nosotros debería jamás dejar de cumplir. "Contaré lo que Dios ha hecho en mi favor".
Pocas cosas encienden tanto la fe de los demás como el narrarles los prodigios que uno ha obtenido de Dios cuando le ha suplicado confiadamente.
SALMO 66 (En Liturgia 65) - HIMNO Y CANTO DE ACCION DE GRACIAS
1 Del maestro de coro. Cántico. Salmo. Aclama a Dios, tierra entera,
2 cantad a su nombre glorioso, dadle honor con alabanzas,
3 decid a Dios: ¡Qué admirables tus obras!. Por tu inmenso poder te adulan tus enemigos;
4 la tierra entera se postra ante ti y canta para ti, canta en tu honor.
5 Venid y ved las obras de Dios, sus hazañas en favor del hombre:
6 convirtió el mar en tierra firme y cruzaron el río a pie. ¡Alegrémonos en él por aquello!7 Con su poder domina por siempre, sus ojos vigilan a las naciones, para que no se amotinen los rebeldes.
8 Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, haced que se oiga su alabanza;
9 él nos devuelve a la vida, no deja que vacilen nuestros pies.
10 Tú nos probaste, oh Dios, nos purgaste igual que a la plata;
11 tú nos condujiste a la trampa, pusiste una correa a nuestros lomos,
12 cabalgadura de hombres nos hiciste; pasamos por el fuego y el agua, pero luego nos sacaste a la abundancia.
13 Entraré con víctimas en tu Casa, cumpliré mis promesas,
14 las que hicieron mis labios y en la angustia pronunció mi boca.
15 Te ofreceré pingües holocaustos, junto con el sahumerio de carneros, sacrificaré bueyes y cabritos.
16 Venid, escuchad y os contaré, vosotros, los que estáis por Dios, todo lo que ha hecho por mí.
17 Mi boca lo invocó, mi lengua lo ensalzó.
18 Si hubiese maquinado algo malo, el Señor no me habría escuchado.
19 Pero Dios me ha escuchado, atento a la voz de mi oración.
20 ¡Bendito sea Dios, que no ha rechazado mi oración ni me ha retirado su amor!
2 cantad a su nombre glorioso, dadle honor con alabanzas,
3 decid a Dios: ¡Qué admirables tus obras!. Por tu inmenso poder te adulan tus enemigos;
4 la tierra entera se postra ante ti y canta para ti, canta en tu honor.
5 Venid y ved las obras de Dios, sus hazañas en favor del hombre:
6 convirtió el mar en tierra firme y cruzaron el río a pie. ¡Alegrémonos en él por aquello!7 Con su poder domina por siempre, sus ojos vigilan a las naciones, para que no se amotinen los rebeldes.
8 Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, haced que se oiga su alabanza;
9 él nos devuelve a la vida, no deja que vacilen nuestros pies.
10 Tú nos probaste, oh Dios, nos purgaste igual que a la plata;
11 tú nos condujiste a la trampa, pusiste una correa a nuestros lomos,
12 cabalgadura de hombres nos hiciste; pasamos por el fuego y el agua, pero luego nos sacaste a la abundancia.
13 Entraré con víctimas en tu Casa, cumpliré mis promesas,
14 las que hicieron mis labios y en la angustia pronunció mi boca.
15 Te ofreceré pingües holocaustos, junto con el sahumerio de carneros, sacrificaré bueyes y cabritos.
16 Venid, escuchad y os contaré, vosotros, los que estáis por Dios, todo lo que ha hecho por mí.
17 Mi boca lo invocó, mi lengua lo ensalzó.
18 Si hubiese maquinado algo malo, el Señor no me habría escuchado.
19 Pero Dios me ha escuchado, atento a la voz de mi oración.
20 ¡Bendito sea Dios, que no ha rechazado mi oración ni me ha retirado su amor!
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