Salmo 39 (En liturgia el 38) - Oración en tiempos de angustia

Este salmo es una elegía admirable, bellísima y original (se llama elegía una composición poética hecha para expresar una tristeza). Es ésta una de las páginas más bellas del Antiguo Testamento.

El presente salmo es muy parecido al anterior en cuanto a las tristezas que narra, pero aquí se hacen reflexiones acerca de lo corta y pasajera que es la vida sobre la tierra. Recuerda lo breve que es la vida de la creatura en contraposición con la eternidad de Dios. 

El estilo literario de este salmo es fresco y vigoroso: se parece a los discursos de Job y al Eclesiastés (Vanidad de vanidades y todo vanidad). 

La conclusión del salmista es la siguiente: ya que la vida es tan breve y yo tan miserable: no me queda sino una solución: esperar en Dios; tener confianza en que el Señor no será insensible a mis ruegos y Iágrimas.


SALMO 39 (En liturgia 38) - LO CORTA QUE ES LA VIDA
1  Yo me decía: «Guardaré mis caminos, sin pecar con mi lengua, pondré un freno en mi boca, mientras esté ante mí el impío.»
2  Enmudecí, quedé en silencio y calma: mas al ver su dicha se enconó mi tormento.
3  Dentro de mí mi corazón se acaloraba, de mi queja prendió el fuego, y mi lengua llegó a hablar:
4  «Hazme saber, Yahveh, mi fin, y cuál es la medida de mis días, para que sepa yo cuán frágil soy.
5  «Oh sí, de unos palmos hiciste mis días, mi existencia cual nada es ante ti; sólo un soplo, todo hombre que se yergue,
6  nada más una sombra el humano que pasa, sólo un soplo las riquezas que amontona, sin saber quién las recogerá.»
7 Y ahora, Señor, ¿qué puedo yo esperar?. En ti está mi esperanza.
8  De todas mis rebeldías líbrame, no me hagas la irrisión del insensato.
9  Me callo ya, no abro la boca, pues eres tú el que actúas.
10  Retira de mí tus golpes, bajo el azote de tu mano me anonado.
11 Reprendiendo sus yerros tú corriges al hombre, cual polilla corroes su anhelos. Un soplo sólo, todo hombre.
12 Escucha mi súplica, Yahveh, presta oído a mi grito, no te hagas sordo a mis lágrimas. Pues soy un forastero junto a ti, un huésped como todos mis padres.
13 ¡Retira tu mirada para que respire antes que me vaya y ya no exista más!

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